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Watch Online / Vampiros de la noche (1914)
Desc: Vampiros de la noche: Judith, hija de un criminal, ha sido colocada por su abuela, una enfermera, en la cuna de Edna, la pequeña duquesa de Burville. La verdadera heredera es criada como una cantante en una tosca posada, retenida por la vieja enfermera de rostro malvado, Roxana. En los veinticinco años que pasan, la falsa duquesa manifiesta la fuerza de la herencia, pasando a primer plano las malas tendencias de su padre. Judith se enamora de Lord Norman, un poeta, y en su honor ofrece un baile en el magnífico castillo de Burville. El poeta, sin embargo, no corresponde a sus afectos. Más tarde lleva a Edna, la cantante, a la calle. Le sorprende el parecido entre Edna y la duquesa de Burville. Encantado por su canto, sigue a Edna hasta su casa y luego comienza a cortejarlo, lo que llega incluso al punto en que el poeta se viste con ropa de trabajador para estar cerca de su dulce cantante. Un cómplice presiona a Roxana para que le dé dinero, y Roxana, desesperada, acude a la falsa duquesa y le explica el secreto de su nacimiento, y le exige dinero como precio por el silencio. Judith le dice que venga más tarde. Por la noche, el cómplice se enfurece aún más con sus demandas y, como no pierde de vista a Roxana, insiste en que envíen a Edna al castillo a pedir dinero para que mantenga su silencio. Edna es recibida por la falsa duquesa, quien la engaña y hace que ella caiga en la ausencia, y la abuela en un altercado. Hay una pelea, la lámpara se vuelca y la casa se incendia. Lord Norman, en busca de Edna, entra y encuentra el café cubierto de humo. Al subir las escaleras hacia las llamas, se encuentra con una forma en el suelo y, pensando que es Edna, baja las escaleras con dificultad. Es Roxana, quien, agonizante, confiesa que Edna es la verdadera duquesa y que ha sido enviada al castillo. Lord Norman se apresura hacia el castillo y exige ver a Edna. Las acciones de Judith lo convencen de que la han puesto a un lado. Él la acusa del crimen. Bajo sus feroces denuncias, Judith le muestra dónde habían arrojado a Edna a las alcantarillas debajo de la casa, y a sus turbias profundidades desciende el amante. Encuentra a Edna aturdida, pero ilesa por la caída. Se abren camino hacia la libertad. Mientras tanto, en el castillo, Judith, abrumada por el remordimiento, ha puesto fin a su perversa vida. Edna vuelve a ocupar el puesto que le corresponde, allí para disfrutar del amor de aquel que la había amado como una humilde cantante callejera..